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El racismo constituye una de las principales amenazas para el funcionamiento
democrático de las sociedades occidentales. En la medida que un colectivo no
goza de la libertad y de la igualdad de derechos del resto, se produce una dis-
función en las instituciones y una contradicción peligrosa entre los principios de
la democracia y la realidad sociopolítica.
Expresado simplemente, el racismo sería el prejuicio contra personas de otras
razas. Pero sabemos que el concepto de raza no tiene fundamento científico:
las razas no existen, salvo como concepto imaginario. Por consiguiente, no po-
demos definir el racismo como la acción realizada contra una raza; lo definire-
mos mejor como la inferiorización de cualquier grupo social sobre el que la so-
ciedad ha construido una imagen racial. Es decir, la acción negativa de la
sociedad hacia los grupos que ha racializado.
Reglas estereotipadas son aplicadas consciente o inconscientemente para re-
bajar a los individuos. Estas reglas permiten una infundada presunción de su-
perioridad sobre el individuo y justifican cualquier sentimiento de indiferencia
hacia ellos. Todas estas actitudes, normalmente, están basadas en el miedo, la
ignorancia y la incomprensión.
El racismo constituye una de las principales amenazas para el funcionamiento
democrático de las sociedades occidentales. En la medida que un colectivo no
goza de la libertad y de la igualdad de derechos del resto, se produce una dis-
función en las instituciones y una contradicción peligrosa entre los principios de
la democracia y la realidad sociopolítica.
Expresado simplemente, el racismo sería el prejuicio contra personas de otras
razas. Pero sabemos que el concepto de raza no tiene fundamento científico:
las razas no existen, salvo como concepto imaginario. Por consiguiente, no po-
demos definir el racismo como la acción realizada contra una raza; lo definire-
mos mejor como la inferiorización de cualquier grupo social sobre el que la so-
ciedad ha construido una imagen racial. Es decir, la acción negativa de la
sociedad hacia los grupos que ha racializado.
Reglas estereotipadas son aplicadas consciente o inconscientemente para re-
bajar a los individuos. Estas reglas permiten una infundada presunción de su-
perioridad sobre el individuo y justifican cualquier sentimiento de indiferencia
hacia ellos. Todas estas actitudes, normalmente, están basadas en el miedo, la
ignorancia y la incomprensión.
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Esta semana hablaremos sobre las marcas blancas y primeras marcas. Para empezar, ¿cuál es la diferencia entre ambas? Es cierto que a veces lo barato sale caro, y que pagar más por algo de buena calidad y de mayor duración está bien. pero, estamos hablando de las marcas que te cobran muchísimo más por algo que podrías comprar tranquilamente en la tienda de la esquina de tu casa.
Por ejemplo, empecemos con la ropa, las tiendas venden sus productos más caros y de peor calidad cada vez. Un pantalon de 40 euros que se rompe al probartelo... Así que, ¿qué es lo que estamos pagando realmente?
Algunos productos pagas por su calidad, como un maquillaje que no te destroce la cara, unos buenos zapatos que sabes que te van a durar su tiempo (al menos un año, y ya es mucho decir), etc.
Lo barato te puede salir caro, pero, ¿que pasa cuando lo caro te puede salir aun más caro? ¿De donde salen esos euros de más que te están cobrando? La respuesta es: la publicidad.
Para una compañía, utilizar famosos para campañas de publicidad tiene algunas ventajas como la asociación de los valores que representa un personaje conocido por el público con la marca, hasta un reconocimiento más rápido del producto anunciado.
Un estudio realizado el año anterior por Ana Rumschisky, profesora del IE Business School, revela que el empleo de personalidades en un anuncio tiene una relación directa sobre el retorno de la inversión, entre otros motivos, porque el público está dispuesto a pagar hasta un 20% más por un mismo artículo solo por que lo presente alguien famoso. Y es que el personaje famoso ayuda a crear y mantener la atención del consumidor hacia la publicidad.
A todo esto, para gustos colores, pero que no te engañen.
